Ni siquiera una combinación del
Primer Viaje a la Luna, la caída del muro de Berlín, la creación del primer avión y la caída del bloque Soviético, superan en majestuosidad al del
Nacimiento de Jesús. Aunque no existen imágenes o persona en vida que haya
presenciado dicho acontecimiento, todo está redactado en la Biblia y por medio
de la fe y todas las demás evidencias que demuestran la veracidad de dicho acontecimiento, creemos firmemente que sucedió y cambió la historia de toda la humanidad, incluyendo a aquellos que todavía no han nacido.
Biológicamente
un ser humano para venir al mundo necesita tanto el óvulo como el
espermatozoide. En la fecundación se da lugar a 46 cromosomas, 23 aportados por
el óvulo y 23 por el esperma; esto testifica que el proceso de Jesús en su
gestación, desde el principio, fue extremo porque sin la parte masculina
comenzó su formación en el vientre de María.
Hay numerosas posibilidades
respecto al significado de la palabra “Pesebre” puede haber sido un Establo
para animales, como han sostenido muchos. Hay expertos que han sugerido que
Jesús nació en una cueva, otros que Jesús nació en un patio al aire libre.
Lucas al contar la historia del nacimiento de Jesús, describe el Pesebre como
un lugar oscuro y en circunstancias humildes.
Cuando María dio a luz,
probablemente no tuvo ayuda. Podemos notar esto en el hecho de que solo
momentos después de dar a luz ella misma fue la que envolvió a Jesús en
pañales, la costumbre de envolver a los niños recién nacidos estaba muy extendida
en el siglo primero.
Los padres le ponían los brazos
del recién nacido pegados al cuerpo, y envolvieron firmemente a la criatura
para limitar sus movimientos y protegerlo de cualquier lesión física.
Las sagradas escrituras, en el
versículo 7, del Capitulo de 2 Lucas, explica que la razón por la cual María
dio a luz a Jesús en el pesebre es porque no había lugar para ellos en mesón o parada, obligando a estos a recibir al hijo de Dios en el lugar donde se
supone que descansen las ovejas.
Hoy se
repite la misma historia no hay lugar para Jesús en nuestra vida; las
ocupaciones de la acelerada vida que llevamos, las presiones, los
entretenimientos del mundo, no permiten que demos lugar a Jesús. Ya es tiempo
de que esto cambie, da un giro extremo a tu vida y abre las puertas de la más
lujosa habitación, “Tu Corazón” para alojar al Gran Maestro, ven porque Él
continua esperando por ti.