Tangible o Intangible
Por: Lic. Kelvin López
Asesor financiero
Al definir el dinero podemos decir
de manera llana y simple que es un recurso que bien puede ser tangible o intangible,
que nos permite adquirir bienes, servicios y cumplir con nuestras obligaciones.
Muchos de los problemas financieros
con lo que las personas tienen que lidiar se fundamentan entre la decisión de
invertir o gastar en lo que realmente necesitamos y en lo que la emoción me
incita a adquirir...
La gente debe saber que sus
decisiones financieras como todo en la vida son motivadas por factores
emocionales, sentimentales, psicológicos, presión de grupo es decir, al momento
de adquirir un objeto, artículo, prenda entre otras cosas, estoy obedeciendo
una orden que mi cerebro movido por los factores antes mencionados me está
dando.
La gente activamente económica debe
saber que en la misma medida que llenamos nuestros bolsos emocionales,
sentimentales, pues en esa misma dirección irán nuestras decisiones de consumo,
gasto u inversión. Los ojos son un reflejo externo de los procesos internos que
suceden en nuestro interior y es muy difícil que al primer contacto visual con
lo que nos gusta o queremos podamos tomar una decisión consciente sobre lo que en ese momento mi situación financiera me
permita tener y no lo que mis deseos quisieran, quiere decir esto que
debemos ser restringidos ante la satisfacción de nuestros deseos de consumo?, de
ninguna manera, una cosa es establecer prioridades en lo que realmente
necesitamos y otra es satisfacer mis necesidades, que es bueno y agradable,
claro, si la condición económica en ese
momento lo amerita...
Siempre he dicho que el dinero como
núcleo central en las finanzas de una persona, representa el mayor reto el
conocer su dinámica e inestable comportamiento, porque si no conozco a quién me
acompaña todos los días de mi vida y quién tiene la facultad de encaminarme al
bienestar o alejarme de él, pues estoy camino a un precipicio que cada vez se
hará más difícil evitar caer en él.
La gente debe saber que el dinero
tiene vida propia, involuntariamente su comportamiento es muy divorciado al
nuestro, no razona, no analiza, no mide consecuencias, no es paciente, más, es
extrovertido, iracundo, irracional, impaciente, intolerante, complaciente,
inquieto, no soporta estar encerrado en un bolsillo, cofre, banco y mucho menos
que lo controlen, y es ahí cuando entendemos la naturaleza insubordinada del
dinero, es bajo esa ineludible realidad que debemos entender que nuestro mayor reto
es aprender a controlar sus acciones y no permitir que bajo ningún concepto o
circunstancias nos domine y controle, porque la consecuencias de esto muchas
veces es catastrófica, provoca dolor, sufrimiento, inestabilidad emocional,
sentimental, espiritual y económicamente y lo peor no es las consecuencias que
nos impactan de manera personal sino que repercute y alcanza a las personas
económica dependiente de nosotros.